jueves, 13 de agosto de 2009

Memorias de un cazurro empedernido II

Hablando de primeras veces. Jejejejeje, ay, ahora me viene a la cabeza la primera vez que lo hice, el día que perdí la virginidad (suspiro).

Fue en mi 37 cumpleaños, mis padres me recibieron al venir del huerto con los brazos abiertos, me esperaban con un enorme bizcocho lleno de velas encendidas y con un buen vaso de Cola-Cola como a mí me gusta, con medio de leche y medio de cacao. Mis padres insistieron mucho en que subiera a la habitación, una y otra vez me lo pidieron a pesar de que yo aún no estaba cansado, así que por aburrimiento les hice caso. Mi sorpresa no pudo ser mayor cuando abrí la puerta, sobre mi cama había una caja de Duretex Love y junto a ella me esperaba todo un ejemplar de hembra en celo. Yo, ni corto ni perezoso se lo hice no una, ni dos, ni tres, sino siete veces, la pobre gozó y berreó más que ninguna cabra que jamás haya conocido. Fruto de ello hoy tenemos más de diez cabritos (los condones se me olvidó ponérmelos).

1 comentario:

sandryta dijo...

¿¿¿????? JAAJAJJAJAJAa....que fuerte.....